Los 4 pilares de la inteligencia emocional
En las últimas décadas, los educadores y los psicólogos han intentado comprender la inteligencia y el rendimiento a un nivel más matizado que en el pasado. Cuando Alfred Binet desarrolló sus tests de “inteligencia” en los primeros años del siglo XX, revolucionó la educación al proporcionar herramientas para medir y predecir el rendimiento de los alumnos.
Por desgracia, los tests estandarizados se han basado casi exclusivamente en el tipo de inteligencia que revelan estas herramientas: el tipo que se correlaciona fuertemente con el rendimiento en los sistemas escolares típicos de Occidente, pero no necesariamente con los resultados reales.
Aunque nadie discute que la “inteligencia académica” y la capacidad de sobresalir en los tipos de habilidades que miden estas pruebas son una ventaja, no son las únicas ventajas. Y puede que ni siquiera sean la ventaja más importante a la hora de tener éxito en la vida. Mientras que la inteligencia cognitiva se refiere a habilidades como la comprensión de la información, la resolución de problemas y la toma de decisiones, la inteligencia emocional es más sutil y no siempre va de la mano de estas habilidades.
Estas habilidades incluyen la comprensión de las necesidades y los sentimientos de uno mismo y de los demás y la respuesta adecuada a los demás.
Son técnicamente una forma de inteligencia social que incluye la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios y de los demás, discernirlos y utilizarlos para guiar la acción.
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¿Qué es exactamente la inteligencia emocional, y puede aprenderse, o desarrollarse, o es innata? Los estudios sobre gemelos han demostrado que la inteligencia cognitiva es uno de los rasgos más heredados y está fuertemente influenciado por los genes. Sin embargo, la parte de la crianza puede marcar la diferencia cuando se trata de desarrollar y dar forma a tus habilidades. ¿Es lo mismo con otro tipo de habilidades?
Pero la inteligencia emocional es un concepto nuevo y algo esquivo. A la hora de entenderlo, es útil desglosarlo en cuatro categorías principales. Los cuatro conjuntos de habilidades principales son la autoconciencia, la autogestión, la conciencia social y la gestión de las relaciones.
La inteligencia emocional, es un constructo psicológico que va más allá de la inteligencia convencional asociada con habilidades lógicas y matemáticas. Propuesto por el psicólogo Daniel Goleman, este concepto destaca la importancia de comprender, gestionar y utilizar nuestras propias emociones, así como la capacidad de percibir y comprender las emociones de los demás.
1. Conciencia de sí mismo
El primer pilar que sustenta la inteligencia emocional es la capacidad de prestar atención y comprender nuestras propias emociones. Este proceso implica desglosar las emociones en dos componentes esenciales: el psicológico, relacionado con pensamientos, actitudes y creencias sobre nuestras emociones; y el físico, que aborda las sensaciones corporales vinculadas a diferentes estados emocionales.
La clave radica en conocer y comprender nuestros estados de ánimo en su totalidad, permitiéndonos así gestionar nuestras emociones de manera más efectiva.
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La autoconciencia emocional, la capacidad de conocerse a sí mismo y comprender sus sentimientos.
Autoevaluación precisa, comprensión de los propios puntos fuertes y débiles y de su impacto.
La confianza en uno mismo, la autoestima y la voluntad de defenderse.
2. Autogestión
Una vez que hemos alcanzado la comprensión de nuestras emociones, surge la necesidad de aprender a responder adecuadamente a ellas. La autorregulación, segundo pilar de la inteligencia emocional, implica el dominio de estrategias que faciliten la gestión de nuestros estados de ánimo.
Estas estrategias incluyen canalizar las emociones de manera constructiva, evitar situaciones o individuos que generen sentimientos negativos, buscar el lado positivo de la situación y resistir la tentación de actuar impulsivamente, entre otras.
El control emocional, una parte importante de la madurez emocional, controlar los propios sentimientos y/o expresarlos en un entorno adecuado, es una habilidad clave.
Características
Logro, es decir, estar orientado a los objetivos y ser capaz de trabajar para conseguirlos.
Iniciativa, automotivación y capacidad de seguir trabajando a pesar de los contratiempos.
Transparencia, ser honesto y abierto, interactuar honestamente y ser digno de confianza.
Adaptabilidad, mostrando resiliencia y siendo capaz de cambiar de rumbo cuando sea necesario.
Optimismo, tener una visión positiva, esperar lo mejor y prepararse para el éxito.
3. Conciencia social
La inteligencia emocional no solo se centra en nuestras propias emociones; la empatía hacia los demás constituye la mitad restante de este constructo. A medida que desarrollamos una comprensión más profunda de nuestras emociones, también nos capacitamos para entender mejor las emociones ajenas.
La empatía, tercer pilar de la inteligencia emocional, se manifiesta como la capacidad de ver situaciones o problemas desde la perspectiva de otra persona, estableciendo así un puente de conexión emocional.
Características
La empatía, uno de los pilares de la capacidad de conectar con los demás mediante la comprensión y el reconocimiento de las emociones de los demás.
Orientación al servicio, ser útil, contribuir al grupo y mostrar una buena capacidad de escucha.
La organización, la capacidad de explicarte bien y ser consciente de cómo te entienden, y de percibir el nivel de comprensión de tu audiencia.
4. Gestión de las relaciones
El último pilar de la inteligencia emocional, las habilidades sociales, entra en juego cuando comprendemos las emociones de los demás. En este punto, surge la pregunta fundamental: ¿cómo respondemos a esas emociones? Las habilidades sociales son esenciales para gestionar eficazmente este aspecto, ya que nuestro mundo emocional tiene un componente social intrínseco.
Construir relaciones saludables implica estar en sintonía con las emociones de los demás. Si nuestras acciones generan emociones negativas, la conexión significativa puede verse obstaculizada; sin embargo, cultivar sentimientos positivos facilita la construcción de relaciones sólidas y duraderas.
Características
Liderazgo inspirador, como ser un buen mentor, modelo de conducta y figura de autoridad.
Influir haciendo discursos claros y convincentes que motiven eficazmente a los demás.
Gestión de conflictos, creación de relaciones, habilidades de negociación y liderazgo. Capacidad para resolver disputas, desacuerdos y malentendidos.
Un catalizador del cambio, reconociendo y apoyando la necesidad de cambio y haciéndolo realidad.
Desarrollar a los demás, ayudar a los demás a desarrollar sus habilidades y conocimientos.
Trabajo en equipo y colaboración, trabajando eficazmente con otros.
Popularidad del diagnóstico
El modelo de los 4 pilares fue creado por Ayman Sawaf y Robert Cooper en 1997. Múltiples estudios y también indagaciones completadas sobre sabiduría sensible basadas en este modelo han encontrado diferencias cualitativas marginales entre los ejecutivos del campo público y privado y han ampliado la utilización de este modelo.
El término se enfoca en visto que la participación creativa en un trabajo desafiante, una ocasión enternecedora o una discusión lleva a un mayor estado de alarma, energía sensible y desempeño.
Por otra parte, las tareas repetitivas y hastiadas dan a conocer al artista a la confusión, la carencia de efectividad y el fallo. Esto lo transporta a argumentar dado que el profesionalismo se apoya en la autodisciplina, la orientación interior y el impulso sensible.
Gracias a la lentitud de los diagnósticos de esquizofrenia, Rusia en 1974 tenía 5-7 casos de esquizofrenia por cada 1.000 personas, en comparación con 3-4 por cada 1.000 en el Reino Unido.
En la década de 1980, Rusia tenía tres ocasiones mucho más pacientes esquizofrénicos per cápita que USA, el doble de pacientes esquizofrénicos que Alemania Occidental, Austria y El país nipón, y mucho más pacientes esquizofrénicos que cualquier país occidental.
La localidad con mayor prevalencia de esquizofrenia diagnosticada en el planeta fue Moscú.
Premisas para la utilización de diagnósticos
Según el directivo ejecutivo de la Idea Global sobre Psiquiatría, Robert van Voren, el abuso político de la psiquiatría en la URSS brotó del término de que la gente que se oponían el régimen soviético eran enfermos mentales.
El diagnóstico de esquizofrenia lenta dio un marco para argumentar este accionar. Esto les pareció a varios siquiatras soviéticos una explicación lógica de por qué razón alguien estaría presto a abandonar su felicidad, familia y carrera por una creencia tan diferente de lo que la mayor parte de la multitud parecía opinar.
¿Qué resoluciones para comprender las conmuevas?
En el momento en que los párvulos y los pequeños aprendieron a detectar distintas conmuevas, todavía precisan acompañamiento para comprenderlas, todavía precisan estímulo para expresarlas con la intención de sostener una aceptable comunicación y eludir disconformidades.
En verdad, la emoción que pensamos que siente nuestro hijo no es siempre la que verdaderamente siente. Puede estar alterado por aburrimiento en el momento en que cree que está alterado, pues tiene sueño. De ahí que es esencial que el padre o la madre sean capaces de entender la emoción de su hijo para contestar mejor a su necesidad y asistirlo a ofrecerle sentido. Tu hijo comprenderá que su emoción es aceptable, sea la que sea.
Los pequeños no siempre tienen la capacidad de expresar sus conmuevas verbalmente, ¡para eso están las herramientas y los juegos académicos! La iniciativa es poder ofrecerles distintas maneras de estar comunicado. Por poner un ejemplo, enseñar tu emoción en una tarjeta, un peluche, pictogramas o firmarlo.
Un Coeficiente Emocional Elevado Potencia el Éxito Personal y Profesional
La relevancia de poseer un elevado coeficiente emocional ha sido respaldada por investigaciones que sostienen que la inteligencia emocional se equipara, e incluso supera en ocasiones, a la inteligencia convencional.
Se destaca que una inteligencia emocional elevada resulta más determinante para el rendimiento sobresaliente en equipos de trabajo que un coeficiente intelectual elevado. Investigaciones adicionales han revelado que contar con un alto nivel de inteligencia emocional conduce a un desempeño laboral y liderazgo superiores.
La inteligencia emocional, esencialmente, implica la comprensión tanto de las propias emociones como son:
- Colaboración Efectiva:
- Mejora la capacidad de trabajar de manera efectiva con los miembros del equipo.
- Reflexión Antes de Actuar:
- Permite la habilidad de pensar y reflexionar antes de tomar decisiones o reaccionar impulsivamente.
- Reducción de Reacciones Viscerales:
- Disminuye las respuestas impulsivas y viscerales, promoviendo un enfoque más calmado y racional.
- Resolución de Problemas:
- Facilita la resolución eficaz de problemas en diversos entornos y situaciones.
- Gestión de Conflictos:
- Contribuye a manejar conflictos de manera constructiva y pacífica.
- Comunicación Efectiva:
- Mejora la capacidad de comunicarse de manera clara y efectiva en el ámbito laboral.
- Relaciones Sólidas:
- Ayuda en el establecimiento y mantenimiento de relaciones sólidas y saludables.
- Conexión con Emociones Personales:
- Promueve la comprensión y conexión con las propias emociones.
- Empatía hacia los Demás:
- Desarrolla la empatía, permitiendo comprender y responder a las emociones de los demás.
- Creación de Sinergias:
- Facilita la creación de sinergias efectivas entre uno mismo y los compañeros.
- Catalizador para el Éxito Personal y Profesional:
- En última instancia, un alto coeficiente emocional se convierte en un catalizador clave para el éxito tanto personal como profesional.
Beneficios Tangibles de una Alta Inteligencia Emocional
En el ámbito laboral, la capacidad de gestionar eficazmente las propias emociones y comprender las de los demás se traduce en beneficios tangibles. La colaboración en equipos se vuelve más fluida y productiva cuando los individuos poseen la habilidad de reconocer y manejar las emociones en juego. La resolución de conflictos se torna menos conflictiva, permitiendo un ambiente laboral más armonioso y eficiente. Además, la toma de decisiones se beneficia de una reflexión emocional ponderada, evitando decisiones impulsivas que puedan tener consecuencias negativas.
Un líder con un alto coeficiente emocional exhibe una capacidad innata para motivar y guiar a su equipo. La empatía hacia las preocupaciones y aspiraciones de los demás, combinada con una gestión efectiva de las propias emociones bajo presión, crea un entorno de trabajo donde la creatividad florece y la productividad se maximiza. Este tipo de liderazgo no solo impacta positivamente en la moral del equipo, sino que también contribuye a la retención de talento, aspecto crucial en el mundo laboral contemporáneo.
El Vínculo entre la Inteligencia Emocional y el Éxito Personal
Más allá de los beneficios profesionales, un elevado coeficiente emocional se correlaciona directamente con el éxito personal. La capacidad de comprender y manejar las emociones propias no solo mejora la calidad de las relaciones interpersonales, sino que también contribuye a un bienestar emocional duradero.
La resiliencia emocional, producto de una inteligencia emocional desarrollada, permite a las personas afrontar los desafíos de la vida con mayor eficacia, manteniendo una perspectiva equilibrada incluso en momentos de adversidad.
La conexión intrínseca con las propias emociones facilita la autoevaluación y el crecimiento personal. La capacidad de aprender de las experiencias emocionales pasadas y aplicar esos conocimientos en la toma de decisiones futuras es una habilidad invaluable. Asimismo, la empatía hacia los demás fomenta relaciones interpersonales más saludables y satisfactorias, contribuyendo a una red de apoyo emocional que fortalece el bienestar general.
Desafíos en el Desarrollo de la Inteligencia Emocional
A pesar de los beneficios evidentes, el desarrollo de la inteligencia emocional no está exento de desafíos. En una sociedad que a menudo valora la lógica y la racionalidad sobre las emociones, la tarea de reconocer y expresar sentimientos puede resultar intimidante. La educación y la conciencia sobre la importancia de la inteligencia emocional son esenciales para superar estos obstáculos.
Programas educativos que integren el desarrollo emocional desde temprana edad y entrenamientos en entornos laborales pueden ser clave en este proceso.
Conclusión
La inteligencia emocional se revela como un componente esencial de la inteligencia humana. Al comprender nuestras propias emociones, autorregular nuestros estados de ánimo, empatizar con los demás y desarrollar habilidades sociales, estamos fortaleciendo nuestra capacidad de interactuar de manera más significativa con el mundo que nos rodea.
Este enfoque holístico de la inteligencia redefine nuestra comprensión tradicional y nos invita a explorar nuevas dimensiones en la búsqueda de un equilibrio emocional y relaciones humanas más enriquecedoras.
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