Teoría del Liderazgo Situacional: Guía para Ser Mejor Líder

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En este artículo, nos enfocaremos en la Teoría del Liderazgo Situacional, un enfoque innovador que sugiere que el estilo de liderazgo debe adaptarse a las características del equipo de trabajo y al nivel de madurez de los empleados. Esta teoría, desarrollada por Hersey y Blanchard, nos brinda una guía práctica para ser mejores líderes y alcanzar la efectividad máxima en nuestro equipo.

Para entender mejor esta teoría, es importante identificar que no hay un estilo de liderazgo único que se adapte a todas las situaciones. En lugar de eso, el líder debe ser flexible y adaptarse a las características del equipo de trabajo y al nivel de madurez de los empleados. Esto nos lleva a la primera fase de la teoría: identificar el nivel de madurez del equipo de trabajo.

Una vez que hayamos identificado el nivel de madurez, podemos evaluar las características del equipo y los objetivos a alcanzar. Luego, seleccionaremos el estilo de liderazgo adecuado para nuestra situación específica. Esto puede ser un proceso iterativo, ya que es posible que debamos ajustar nuestro enfoque según sea necesario.

En la siguiente sección, exploraremos los cuatro estilos o niveles de liderazgo situacional: directivo, supervisor, asesor y delegador. También veremos cómo aplicar esta teoría en nuestra práctica diaria, identificando las fases clave para implementar el estilo de liderazgo seleccionado y monitorear su efectividad.

📂 Contenidos
  1. La Teoría del Liderazgo Situacional: una guía para líderes efectivos
  2. Los cuatro estilos de liderazgo situacional
  3. Liderazgo directivo: cuando los empleados no tienen experiencia ni autonomía
  4. Liderazgo supervisor: cuando los empleados tienen cierta experiencia y madurez
  5. Liderazgo asesor: cuando los empleados tienen un alto grado de experiencia y madurez
  6. Liderazgo delegador: cuando los empleados tienen una gran libertad y autonomía
  7. Fases para aplicar la teoría del liderazgo situacional
  8. Identificar el nivel de madurez del equipo de trabajo
  9. Evaluar las características del equipo y los objetivos a alcanzar
  10. Seleccionar el estilo de liderazgo adecuado
  11. Implementar el estilo de liderazgo seleccionado
  12. Monitorear y ajustar según sea necesario
  13. Conclusión

La Teoría del Liderazgo Situacional: una guía para líderes efectivos

La Teoría del Liderazgo Situacional es una guía invaluable para líderes que buscan ser efectivos en su trabajo. Desarrollada por Hersey y Blanchard, esta teoría sugiere que el estilo de liderazgo debe adaptarse a las características del equipo de trabajo y al nivel de madurez de los empleados. En otras palabras, no hay un estilo de liderazgo único que se adapte a todas las situaciones, sino que es necesario ser flexible y ajustar nuestro enfoque según sea necesario.

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Para aplicar esta teoría, es fundamental identificar el nivel de madurez del equipo de trabajo. Esto nos permitirá determinar qué estilo de liderazgo es más adecuado para cada situación. Según Hersey y Blanchard, existen cuatro estilos o niveles de liderazgo situacional: el liderazgo directivo, supervisor, asesor y delegador. Cada uno de estos estilos se aplica en diferentes momentos y circunstancias, y es importante saber cuándo utilizar cada uno.

Por ejemplo, cuando los empleados no tienen experiencia ni autonomía, es necesario un estilo de liderazgo directivo que marque claramente las tareas y supervise de cerca. Sin embargo, cuando los empleados tienen un alto grado de experiencia y madurez, es posible utilizar un estilo de liderazgo delegador que les permita tomar decisiones y asumir responsabilidades. La Teoría del Liderazgo Situacional nos enseña a ser flexibles y adaptarnos a las necesidades del equipo de trabajo para alcanzar la efectividad máxima.

La Teoría del Liderazgo Situacional es una herramienta valiosa para líderes que buscan mejorar su estilo de liderazgo. Al entender los diferentes estilos de liderazgo situacional y saber cómo aplicarlos en diferentes momentos y circunstancias, podemos ser más efectivos en nuestro trabajo y lograr nuestros objetivos.

Los cuatro estilos de liderazgo situacional

La Teoría del Liderazgo Situacional es una guía práctica que nos permite adaptarnos a las necesidades específicas de nuestro equipo y alcanzar la efectividad máxima. Los autores, Hersey y Blanchard, identifican cuatro estilos o niveles de liderazgo situacional que dependen del nivel de madurez de los empleados y las características del equipo.

En primer lugar, el Liderazgo Directivo es el estilo más adecuado cuando los empleados no tienen experiencia ni autonomía. En este caso, el líder debe marcar claramente las tareas y supervisar de cerca para garantizar que se cumplan los objetivos. Esto es especialmente importante en situaciones en las que los empleados están aprendiendo nuevas habilidades o están trabajando en un entorno nuevo. Por ejemplo, cuando se está implementando un nuevo sistema o proceso, el líder debe estar presente y guiar a los empleados para asegurarse de que se adapten correctamente.

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En segundo lugar, el Liderazgo Supervisor es el estilo más adecuado cuando los empleados tienen cierta experiencia y madurez, pero aún necesitan supervisión y orientación. En este caso, el líder debe estar presente para ofrecer apoyo y guía, pero también debe dar libertad para que los empleados tomen decisiones y asuman responsabilidades. Esto es especialmente importante en situaciones en las que los empleados están trabajando en proyectos complejos o tienen un alto nivel de autonomía.

En tercer lugar, el Liderazgo Asesor es el estilo más adecuado cuando los empleados tienen un alto grado de experiencia y madurez, y el líder debe centrarse en mantener la motivación del equipo y compartir responsabilidades. En este caso, el líder debe ser un mentor y un entrenador que ayude a los empleados a alcanzar sus objetivos y desarrollar sus habilidades. Esto es especialmente importante en situaciones en las que el equipo está trabajando en proyectos largos o tiene un alto nivel de complejidad.

En cuarto lugar, el Liderazgo Delegador es el estilo más adecuado cuando los empleados tienen una gran libertad y autonomía, y el líder puede delegar completamente y centrarse en las tareas más importantes. En este caso, el líder debe confiar en los empleados para que tomen decisiones y asuman responsabilidades, y estar presente solo para ofrecer apoyo y orientación cuando sea necesario. Esto es especialmente importante en situaciones en las que el equipo está trabajando en proyectos simples o tiene un alto nivel de estabilidad.

Liderazgo directivo: cuando los empleados no tienen experiencia ni autonomía

La Teoría del Liderazgo Situacional es una guía invaluable para cualquier líder que desee alcanzar la efectividad máxima en su equipo de trabajo. En este sentido, el estilo de liderazgo directivo es fundamental cuando los empleados no tienen experiencia ni autonomía. En este nivel, el líder debe tomar el control y marcar claramente las tareas a realizar.

Para implementar el liderazgo directivo, es importante establecer claros objetivos y expectativas para el equipo. Esto puede incluir la definición de roles y responsabilidades, así como la creación de un plan de acción detallado. Además, el líder debe supervisar de cerca el progreso del equipo y ofrecer retroalimentación constructiva para ayudar a los empleados a mejorar. En este sentido, es fundamental ser transparente y comunicarse claramente con el equipo.

Algunos ejemplos de cómo implementar el liderazgo directivo incluyen:

  • Establecer un plan de acción detallado y compartido con el equipo
  • Supervisar de cerca el progreso del equipo y ofrecer retroalimentación constructiva
  • Definir roles y responsabilidades claras para cada miembro del equipo
  • Comunicarse clara y transparentemente con el equipo

El liderazgo directivo es un estilo fundamental cuando los empleados no tienen experiencia ni autonomía. Al establecer claros objetivos y expectativas, supervisar de cerca el progreso del equipo y ofrecer retroalimentación constructiva, el líder puede ayudar a su equipo a alcanzar la efectividad máxima.

Liderazgo supervisor: cuando los empleados tienen cierta experiencia y madurez

La Teoría del Liderazgo Situacional nos enseña que, en lugar de adoptar un estilo de liderazgo único y rígido, debemos adaptarnos a las características del equipo de trabajo y al nivel de madurez de los empleados para alcanzar la efectividad máxima. Uno de los estilos de liderazgo situacional es el Liderazgo Supervisor, que se aplica cuando los empleados tienen cierta experiencia y madurez.

En este estilo de liderazgo, el líder debe centrarse en supervisar y orientar a los empleados, pero sin ser demasiado intrusivo. De hecho, los empleados ya tienen una buena comprensión de sus responsabilidades y pueden trabajar con autonomía, lo que les permite desarrollar habilidades y tomar decisiones informadas. Sin embargo, todavía necesitan un poco de guía y retroalimentación para mejorar y crecer en su rol. Como líder supervisor, debemos ser capaces de encontrar el equilibrio entre darles la libertad para trabajar y ofrecerles orientación y apoyo cuando lo necesiten.

Para aplicar este estilo de liderazgo, es importante identificar las fortalezas y debilidades de los empleados y establecer objetivos claros y alcanzables. De esta manera, podemos ayudar a los empleados a desarrollar sus habilidades y competencias, y a crecer en su rol. Además, como líder supervisor, debemos ser capaces de delegar tareas y responsabilidades efectivamente, lo que les permite desarrollar su autonomía y confianza.

El Liderazgo Supervisor es un estilo de liderazgo situacional que se aplica cuando los empleados tienen cierta experiencia y madurez. Como líder supervisor, debemos ser capaces de encontrar el equilibrio entre darles la libertad para trabajar y ofrecerles orientación y apoyo cuando lo necesiten. Al aplicar este estilo de liderazgo, podemos ayudar a los empleados a desarrollar sus habilidades y competencias, y a crecer en su rol.

Liderazgo asesor: cuando los empleados tienen un alto grado de experiencia y madurez

La Teoría del Liderazgo Situacional nos enseña que, en momentos críticos, es fundamental adaptarnos a las necesidades del equipo de trabajo y al nivel de madurez de nuestros empleados. Uno de los estilos de liderazgo más efectivos es el Liderazgo Asesor, que se aplica cuando los empleados tienen un alto grado de experiencia y madurez.

En este estilo de liderazgo, el líder no solo debe ser un experto en su campo, sino también un mentor y un entrenador. Debe estar dispuesto a compartir conocimientos y habilidades con sus empleados, y a fomentar su crecimiento personal y profesional. Algunos de la característica clave del Liderazgo Asesor incluyen la capacidad para delegar responsabilidades, el apoyo a la toma de decisiones y la motivación para lograr objetivos.

Para implementar el Liderazgo Asesor, es fundamental establecer un ambiente de confianza y respeto. Esto se logra mediante la comunicación abierta y honesta, la transparencia en las decisiones y la apreciación por los logros del equipo. Además, es importante ser flexible y adaptarse a las necesidades cambiantes del equipo y del mercado.

Algunos ejemplos de cómo aplicar el Liderazgo Asesor incluyen:

  • Establecer objetivos claros y alcanzables para el equipo
  • Proporcionar retroalimentación constructiva y apoyo en la toma de decisiones
  • Fomentar la colaboración y el trabajo en equipo
  • Delegar responsabilidades y permitir que los empleados crean su propio camino

El Liderazgo Asesor es un estilo de liderazgo efectivo que se aplica cuando los empleados tienen un alto grado de experiencia y madurez. Al ser flexible, compartir conocimientos y habilidades, y fomentar el crecimiento personal y profesional, podemos lograr grandes cosas como líderes y mejorar la productividad y satisfacción del equipo.

Liderazgo delegador: cuando los empleados tienen una gran libertad y autonomía

La Teoría del Liderazgo Situacional nos enseña que, en ciertos momentos, es necesario adaptar nuestro estilo de liderazgo para alcanzar el éxito. Uno de esos estilos es el Liderazgo Delegador, que se aplica cuando los empleados tienen una gran libertad y autonomía. En este nivel, el líder debe delegar completamente y centrarse en las tareas más importantes.

Para aplicar el Liderazgo Delegador, es fundamental identificar a los empleados con mayor capacidad de liderazgo y confiarles responsabilidades significativas. Esto no solo les da la oportunidad de crecer profesionalmente, sino también les permite sentirse motivados y comprometidos con el equipo. Al delegar tareas, el líder debe establecer claros objetivos y expectativas, así como proporcionar retroalimentación constructiva para que los empleados puedan aprender y mejorar.

Además, es importante recordar que el Liderazgo Delegador no significa abandonar la responsabilidad de liderar. El líder sigue siendo responsable de mantener la visión y misión del equipo, así como de garantizar que los objetivos se estén alcanzando. Sin embargo, al delegar tareas, el líder puede centrarse en las tareas más importantes y dejar que los empleados tomen el control de sus propias responsabilidades.

El Liderazgo Delegador es un estilo efectivo cuando los empleados tienen una gran libertad y autonomía. Al delegar tareas y confiar en los empleados, el líder puede centrarse en las tareas más importantes y mantener la motivación y compromiso del equipo.

Fases para aplicar la teoría del liderazgo situacional

La Teoría del Liderazgo Situacional es una guía práctica para líderes que buscan adaptarse a las necesidades de su equipo y alcanzar la efectividad máxima. Para aplicar esta teoría, es fundamental seguir un proceso estructurado que nos permita identificar el nivel de madurez del equipo, evaluar las características del mismo y seleccionar el estilo de liderazgo adecuado.

Para empezar, debemos identificar el nivel de madurez del equipo de trabajo. Esto implica evaluar la experiencia y autonomía de los empleados para determinar si necesitan una guía más estrecha o si pueden trabajar con mayor libertad. Una vez que hayamos identificado el nivel de madurez, podemos evaluar las características del equipo y los objetivos a alcanzar. Esto nos permitirá determinar qué estilo de liderazgo es el más adecuado para nuestro equipo.

Una vez que hayamos evaluado las características del equipo y los objetivos, podemos seleccionar el estilo de liderazgo adecuado. La Teoría del Liderazgo Situacional propone cuatro estilos de liderazgo: directivo, supervisor, asesor y delegador. Cada estilo tiene sus características y ventajas, y es importante elegir el que mejor se adapte a nuestro equipo.

Una vez seleccionado el estilo de liderazgo, podemos implementar nuestra estrategia y empezar a liderar nuestro equipo. Es fundamental monitorear y ajustar según sea necesario, ya que los equipos y las circunstancias pueden cambiar rápidamente. Finalmente, debemos evaluar el éxito de nuestra estrategia y adaptarnos a cambios en el equipo o los objetivos.

Fases para aplicar la teoría del liderazgo situacional:

  1. Identificar el nivel de madurez del equipo de trabajo
  2. Evaluar las características del equipo y los objetivos a alcanzar
  3. Seleccionar el estilo de liderazgo adecuado
  4. Implementar el estilo de liderazgo seleccionado
  5. Monitorear y ajustar según sea necesario
  6. Evaluar el éxito y adaptarse a cambios en el equipo o los objetivos

Identificar el nivel de madurez del equipo de trabajo

Para aplicar la Teoría del Liderazgo Situacional, es fundamental identificar el nivel de madurez del equipo de trabajo. Esto nos permitirá determinar qué estilo de liderazgo es más adecuado para nuestro equipo y alcanzar los objetivos establecidos.

En primer lugar, debemos evaluar las características del equipo y los empleados que lo componen. ¿Cuáles son sus habilidades, experiencia y nivel de conocimiento en el área específica en la que trabajan? ¿Tienen una gran autonomía o necesitan orientación y supervisión? Al responder a estas preguntas, podemos empezar a identificar el nivel de madurez del equipo.

Para hacer esto, podemos utilizar un enfoque basado en la teoría de Hersey y Blanchard, que propone cuatro niveles de madurez: no directivo, directivo, supervisor y delegador. Los empleados que no tienen experiencia ni autonomía se encuentran en el nivel no directivo, mientras que aquellos con una gran experiencia y autonomía se encuentran en el nivel delegador.

A continuación, te presento los cuatro niveles de madurez del equipo de trabajo:

  • Nivel no directivo: Los empleados no tienen experiencia ni autonomía. Necesitan orientación y supervisión constantes.
  • Nivel directivo: Los empleados tienen cierta experiencia, pero aún necesitan supervisión y orientación.
  • Nivel supervisor: Los empleados tienen una gran experiencia y madurez, pero aún necesitan orientación y supervisión ocasional.
  • Nivel delegador: Los empleados tienen una gran autonomía y experiencia. Pueden trabajar de manera independiente y solo necesitan retroalimentación y apoyo.

Una vez que hayamos identificado el nivel de madurez del equipo, podemos seleccionar el estilo de liderazgo adecuado para nuestro equipo y alcanzar los objetivos establecidos.

Evaluar las características del equipo y los objetivos a alcanzar

Para aplicar la Teoría del Liderazgo Situacional, es fundamental evaluar las características del equipo de trabajo y los objetivos a alcanzar. Esto nos permitirá determinar el nivel de madurez del equipo y elegir el estilo de liderazgo más adecuado para lograr el éxito.

En primer lugar, debemos analizar la experiencia y la autonomía de los empleados. ¿Cuáles son sus habilidades y conocimientos? ¿Tienen capacidad para tomar decisiones y trabajar de manera independiente? Algunos equipos pueden requerir un liderazgo más directivo, mientras que otros pueden beneficiarse de una mayor libertad y autonomía. Además, es importante considerar la motivación y el compromiso del equipo con los objetivos a alcanzar.

Una vez que hayamos evaluado las características del equipo, debemos analizar los objetivos a alcanzar. ¿Qué resultados se desean lograr? ¿Cuáles son las prioridades y los plazos para alcanzarlos? Algunos equipos pueden requerir un liderazgo más estructurado y controlado, mientras que otros pueden beneficiarse de una mayor flexibilidad y adaptabilidad.

Para evaluar las características del equipo y los objetivos a alcanzar, podemos seguir los siguientes pasos:

  • Analizar la experiencia y autonomía de los empleados
  • Evaluar la motivación y compromiso con los objetivos
  • Identificar las prioridades y plazos para alcanzar los objetivos
  • Considerar la estructura y el control necesario para lograr los resultados

Al seguir estos pasos, podemos determinar el nivel de madurez del equipo y elegir el estilo de liderazgo más adecuado para lograr el éxito. De esta manera, podemos aplicar la Teoría del Liderazgo Situacional y convertirnos en líderes efectivos que motivan y guían a su equipo hacia el logro de los objetivos.

Seleccionar el estilo de liderazgo adecuado

Una vez que hayas identificado el nivel de madurez del equipo de trabajo y evaluado las características del equipo y los objetivos a alcanzar, es hora de seleccionar el estilo de liderazgo adecuado. Esto es fundamental para garantizar la efectividad en tu papel como líder.

Para elegir el estilo de liderazgo correcto, debes considerar el nivel de madurez de tus empleados y las características del equipo. Si los empleados no tienen experiencia ni autonomía, es probable que necesiten un estilo de liderazgo más directivo. En este caso, debes marcar claramente las tareas y supervisar de cerca para asegurarte de que se ajusten a tus expectativas.

Por otro lado, si los empleados tienen cierta experiencia y madurez, pero aún necesitan orientación y supervisión, un estilo de liderazgo supervisor puede ser más adecuado. En este caso, debes proporcionar guía y apoyo para ayudarlos a crecer y desarrollarse en su papel.

La selección del estilo de liderazgo adecuado depende del nivel de madurez de tus empleados y las características del equipo. A continuación, te presento una lista de los cuatro estilos de liderazgo situacional y sus características:

  • Liderazgo directivo: se aplica cuando los empleados no tienen experiencia ni autonomía.
  • Liderazgo supervisor: se utiliza cuando los empleados tienen cierta experiencia y madurez, pero aún necesitan orientación y supervisión.
  • Liderazgo asesor: se aplica cuando los empleados tienen un alto grado de experiencia y madurez, y el líder debe centrarse en mantener la motivación del equipo y compartir responsabilidades.
  • Liderazgo delegador: se utiliza cuando los empleados tienen una gran libertad y autonomía, y el líder puede delegar completamente y centrarse en las tareas más importantes.

Recuerda que la Teoría del Liderazgo Situacional es flexible y te permite adaptarte a diferentes situaciones y equipos. Al elegir el estilo de liderazgo adecuado, puedes garantizar la efectividad y el éxito de tu equipo.

Implementar el estilo de liderazgo seleccionado

Una vez que hayas identificado el nivel de madurez del equipo y evaluado las características del mismo, es hora de implementar el estilo de liderazgo adecuado. Esto es fundamental para alcanzar la efectividad máxima en tu equipo. Para lograr esto, debes ser consciente de tus fortalezas y debilidades como líder, así como de las necesidades y expectativas de tus empleados.

Una vez que hayas seleccionado el estilo de liderazgo situacional adecuado para tu equipo, es hora de implementarlo. Esto implica adaptarte a las características del equipo y los objetivos a alcanzar. Por ejemplo, si has decidido adoptar un enfoque directivo, debes estar dispuesto a supervisar de cerca y marcar claramente las tareas para que tus empleados sepan qué esperas de ellos. Si, por el contrario, has elegido un estilo asesor, debes centrarte en mantener la motivación del equipo y compartir responsabilidades.

Para implementar efectivamente el estilo de liderazgo situacional, es importante seguir los siguientes pasos:

  • Establece objetivos claros y alcanzables para tu equipo
  • Comunica tus expectativas y necesidades a tus empleados
  • Monitorea el progreso del equipo y ajusta según sea necesario
  • Aprovecha las oportunidades de crecimiento y desarrollo para tus empleados

Al implementar el estilo de liderazgo situacional adecuado, podrás mejorar la productividad y la satisfacción de tus empleados, lo que a su vez te permitirá alcanzar tus objetivos y lograr el éxito en tu equipo.

Monitorear y ajustar según sea necesario

Una vez que hayas seleccionado el estilo de liderazgo adecuado, es fundamental monitorear y ajustar según sea necesario para asegurarte de que estás obteniendo los resultados deseados. Esto implica estar atento a las necesidades del equipo de trabajo y adaptarse a cambios en la situación.

Para lograr esto, debes establecer un sistema efectivo de seguimiento y evaluación. Esto puede incluir reuniones periódicas con el equipo para discutir progreso, objetivos y desafíos. También es importante recopilar retroalimentación y feedback constructivo de los empleados para identificar áreas de mejora y oportunidades de crecimiento.

Además, debes estar dispuesto a ajustar tu estilo de liderazgo si la situación cambia o si no estás obteniendo los resultados esperados. Esto puede significar pasar de un estilo más directivo a uno más asesor, por ejemplo, si el equipo está listo para tomar más responsabilidades y autonomía. A continuación, te presento las cuatro fases del liderazgo situacional:

  • Liderazgo directivo: se aplica cuando los empleados no tienen experiencia ni autonomía.
  • Liderazgo supervisor: se utiliza cuando los empleados tienen cierta experiencia y madurez.
  • Liderazgo asesor: se aplica cuando los empleados tienen un alto grado de experiencia y madurez.
  • Liderazgo delegador: se utiliza cuando los empleados tienen una gran libertad y autonomía.

Al monitorear y ajustar según sea necesario, puedes asegurarte de que estás liderando efectivamente a tu equipo y alcanzando tus objetivos. Recuerda que la Teoría del Liderazgo Situacional es un enfoque flexible y adaptativo, por lo que debes estar dispuesto a cambiar y ajustar según sea necesario para obtener los mejores resultados.

Conclusión

La Teoría del Liderazgo Situacional es una herramienta valiosa para cualquier líder que desee mejorar su estilo de liderazgo y alcanzar el éxito en su equipo de trabajo. Al entender las características del equipo y el nivel de madurez de los empleados, puede adaptar su estilo de liderazgo para obtener los mejores resultados.

Para aplicar esta teoría, es fundamental identificar el nivel de madurez del equipo de trabajo. Esto se logra evaluando las habilidades y la experiencia de los empleados, lo que te permitirá determinar qué estilo de liderazgo es más adecuado. Por ejemplo, si tienes un equipo nuevo y sin experiencia, es probable que debas adoptar un estilo directivo para guiarlos y enseñarles las tareas. Sin embargo, si tienes un equipo experimentado y con una gran autonomía, puedes delegar responsabilidades y centrarte en mantener la motivación del equipo.

Una vez identificado el nivel de madurez del equipo, debes evaluar las características del equipo y los objetivos a alcanzar. Esto te permitirá determinar qué estilo de liderazgo es más adecuado para tu situación específica. Por ejemplo, si tienes un equipo que necesita una gran cantidad de supervisión y orientación, un estilo supervisor puede ser más efectivo. Sin embargo, si tienes un equipo que ya tiene experiencia y autonomía, un estilo asesor o delegador puede ser más adecuado.

Bere Soto

Bere Soto

Apasionada defensora del liderazgo en el mundo empresarial. Con una amplia experiencia en cargos directivos, Bere se ha convertido en un referente en la promoción de la igualdad de género en el liderazgo corporativo.

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